07 Mar MEMORIAS.

Si hace 11 años me hubiesen dicho qué es lo que hago hoy en día con mi vida, estoy seguro que habría en mi rostro una sonrisa burlona de incredulidad acompañado por palabras como: ¡Ni por el carajo!. Pero hoy por hoy no me veo haciendo nada distinto a lo que hago, y no voy a decir que es porque siempre lo soñé o porque es la mejor decisión del mundo y que fui yo quien quiso estar acá. No, todo lo contrario, es debido a que la vida en su infinita sabiduría siempre te pone donde corresponde cumpliendo el rol que corresponde. Y heme aquí, alguien que en algún momento le hacia el quite a realizar terapia y soñando con trabajar en el campo de la psicología del consumidor, hablando de una potente herramienta que nos provee la vida y que está a punto de revolucionar y formatear los paradigmas establecidos en cuanto a salud mental se refiere.

Como Psicólogo y Terapeuta que profundizo mi trabajo en el trauma y que a lo largo de éstos años he podido verificar a través de mi propia experiencia y a través de los consultantes, que el ser humano no es solo una conducta observable, sino es un ser integral que abraca múltiples dimensiones, que así no sean perceptibles a simple vista, están ahí, puedo decir que las medicinas ancestrales tienen un impacto en todas nuestras dimensiones, por ende se convierten, hablándolo bajo un contexto terapéutico, en una herramienta transversal como pocas a las que se pueda tener acceso en la actualidad.

Aquí, más allá de contar los innumerables beneficios que nos provee esta poderosa herramienta, ya que los pueden buscar en los diferentes estudios que se han venido realizando por más de 60 años, pretendo poder dar mi opinión acerca de lo que he visto, no sólo en mi rol de consultante sino de acompañante. Para ello quisiera iniciar mencionado que el Trauma, y siguiendo las palabras de Gabor Mate, no es el evento en sí, sino es aquello que sucede dentro de nosotros como resultado a lo que sucedió. En el Trauma, también es importante aclarar que nuestro cerebro queda anclado al pasado, por ende, reaccionamos desde allí y nos desconectamos de nuestro presente. Es casi, como si te dijera que a pesar de que hoy es febrero de 2023, tu cerebro sigue estancado en el evento que pudo haber sucedido hace uno, dos, cinco, diez, o veinte años atrás. Esto tiene muchas implicaciones, ya que el sistema nervioso también queda muy afectado y se generan diferentes cambios, a parir de los cuales nuestras respuestas adaptativas ante diferentes situaciones se pueden ver truncadas y distorsionadas.

Doy ese contexto ya que lo que he visto y he podido verificar a través de la experiencia es que ese es uno de los grandes beneficios que tienen las medicinas, el de poder sanar y resignificar los traumas. Eso ocurre ya que nos pone en un estado de total presencia en donde no hay juicio y por ende te permite transitar y ver de frente aquellos traumas que hoy en día aún te afectan y literalmente poder verlos de otra manera. Es casi como si se diera un formateo en tu cerebro y que posterior a eso se procesara la información de una manera totalmente diferente, una con mayor compasión hacia ti, con apertura, amor y agradecimiento. De esa manera, lo que antes era un trauma imposible de integrar, ahora es un evento que hace parte de tu experiencia de vida, no haciendo como que no lo viviste, pero que hoy lo puedes comprender, integrar y por ende te permite seguir adelante con tu vida y dejar el pasado atrás, algo, que indudablemente puedo decir con total certeza, que puede cambiar vidas de manera radical. He podido ver casos donde personas han llevado heridas desde su infancia acerca de abandono, rechazo, cargas que han pesado por muchos años, personas con depresión, ansiedad, que en un adecuado acompañamiento han podido poder ver la vida ya no desde el odio o resentimiento, sino desde la oportunidad y el amor, con comportamientos saludables, emociones placenteras y cambios en sus estilos de vida.

Pero no es solo el poder dar un significado diferente a un evento de tu vida, sino que además de ello, he podido observar una conexión mística con la unidad, es decir con todo cuanto existe, despertando una profunda empatía por si mismos y por todo aquello que nos rodea. Eso a nivel no solo personal, sino claramente dentro de nuestros sistemas familiares y sociales tiene un impacto muy favorable, ya que nos permite poco a poco comprendernos y comprender al otro, algo que como bien sabemos, hace mucho bien en la actualidad. Siendo así, las medicinas nos abren la puerta a una amplia gama de oportunidades, desde un aspecto netamente individual hasta un componente social y colectivo. Por ello la importancia que se haga de una manera muy responsable, teniendo en cuenta los factores de riesgo y un acompañamiento adecuado, ya que tenemos en nuestras manos una potente herramienta que NO NOS PERTENECE, pues la provee la misma tierra, pero que si nos da el gran privilegio de ponerla al servicio de la humanidad.

Para finalizar, quisiera mencionar que esto no se debe tomar a la ligera, es vital el respeto hacia la medicina y que, si en algún momento decides iniciar un proceso, te documentes acerca del tema, de la persona quien te va acompañar, de todo lo relacionado al set and setting y algo fundamental, el no romantizar la medicina. Con esto no digo que no tenga un potencial muy favorable, porque lo he podido experimentar en mi vida y con los consultantes, pero recordar también que es una herramienta como las hay otras, y, por ende, como siempre lo digo, recordar que la medicina más grande siempre eres tú.

J.T.